La crisis del Antiguo Régimen en España
La Guerra de la Independencia

La interpretación de los hechos

Introducción
Índice del tema:
1. El primer intento de Revolución burguesa en España: La Guerra de la Independencia(1808-1814)
    1.1. El reinado de Carlos IV (1789-1808).
    1.2 La Guerra de la Independencia y la revolución burguesa (1808-1814)
            1.2.1 El Motín de Aranjuez
            1.2.2 La formación de les Juntas de Defensa
            1.2.3 Las Cortes de Cádiz
            1.2.4 Las consecuencias de la guerra (1808-1830)

2. La Restauración de 'absolutismo: fracaso de la primera y la segunda revolución bureesa (1814-1830)
    2.1 El reinado de Fernando VII



                 
Introducción general a la época de las revoluciones

                    
               En relación al ritmo histórico europeo, y tal y como decíamos en el tema anterior, España también inicia la Edad Contemporánea en su primera fase, la época de las revoluciones, a comienzos del siglo XIX, pero por sus circunstancias particulares, la época de las revoluciones en España (como en el resto de la Europa mediterránea) será larga y lenta. La transición del feudalismo al capitalismo, con todo el que esto comporta de cambios estructurales (industrialización, sociedad clasista, progresiva democratización, laicismo, cientifismo), requerirá esfuerzos y luchas porque la lentitud del proceso radicalizará posturas que determinarán retrocesos, y no se completará hasta la segunda mitad del siglo XX.


 1.1. El reinado de Carlos IV (1789-1808)

     

           El reinado de Carlos IV estuvo condicionado por dos acontecimientos interrelacionados: por una parte, la oposición interna al programa reformista heredado de su padre, Carlos III, por otra, el estallido de la revolución en Francia. Estos dos factores determinarán la vacilación en la continuación de las reformas de Despotismo Ilustrado (que no la supresión). Pero, precisamente, esta política indecisa de adelantos y retrocesos llevada a cabo por el ministro Godoy provocará una radicalización política en España que iniciará una división política que formará parte de su historia de ahora en adelante: en este caso, la división entre partidarios de la Ilustración (sectores minoritarios de la nobleza y el clero, burguesía) defensores del programa reformista, y sus retractores (mayoría de los privilegiados, partidarios de acabar con todas las reformas). Esta política de tira y afloja, junto con la impopularidad de Godoy (especialmente entre la nobleza tradicional por motivos ideológicos, de clase y personales) causará un enorme desprestigio del rey CarlosIV y el aislamiento de la monarquía. Esta era la situación política española en los últimos años del siglo, y cuando la guerra contra Gran Bretaña (debida  a la alianza con Francia) acentúe una crisis económica típica de una economía agraria subdesarrollada, al descontento de los privilegiados y de la burguesía (por las dificultades con el comercio colonial) se añadirá el de las clases populares: la monarquía está sola.

           Esta situación de crisis política se agravará de una forma extraordinaria con la invasión de Napoleón, de tal manera que provocará de manera definitiva el inicio de un proceso de crisis, no del gobierno de Carlos IV, sino de l’Antiguo Régimen en sí, debido al surgimiento de una oposición revolucionaria a sus estructuras. La burguesía española, ante la situación de debilidad de la monarquía borbónica por los acontecimientos napoleónicos, aprovechará el momento, a pesar de su debilidad, para tomar el poder y acabar con el Antiguo Régimen. A partir de 1808, España entra en una situación muy compleja porque la crisis del régimen posibilita el primer intento de revolución burguesa, pero en el marco de una guerra que complica su estudio: la Guerra de Independencia. En este corto periodo de tiempo los acontecimientos pueden tener varías lecturas: una guerra civil, una insurrección contra el régimen legítimamente establecido, una guerra independentista y una revolución.      
  

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    1.2 La Guerra de la Independencia y la Revolución burguesa

   1.2.1 El Motín de Aranjuez

                   En aquellos años, 1808-1814, se produjo una situación, decíamos, extraordinariamente compleja porque se dio, simultáneamente, una revolución burguesa y una guerra de independencia: es decir, la lucha de la burguesía por acabar con las estructuras socio-políticas del Antiguo Régimen y convertirse en la clase dominante, y la lucha de un sector mayoritario de españoles contra los invasores franceses. El entrecruzamiento de estos dos hechos, explica la complejidad de este momento histórico.

                      Siguiendo con la política de alianza  con Francia, el Tratado de Fointenebleau (1807), que establecía el reparto de Portugal entre Napoleón y Godoy y el permiso para la entrada del ejército francés y su inmediato asentamiento (en Lisboa, Catalunya y Navarra), suponía al mismo tiempo, a los ojos de los privilegiados, la entrada de un ejército revolucionario en el país. Este hecho, junto con las reformas liberalizadoras de aquellos meses, provocará el primer paso de la crisis: el Motín de Aranuez (marzo 1808), propiciado por la reacción de la aristocracia conservadora contra los hechos inmediatos. Se trata de un golpe de estado contra Carlos IV y Godoy y consigue, en efecto, la abdicación del rey en favor de su hijo Fernando VII.

                        Y, a continuación, el segundo paso: la abdicación de Bayona (abril 1808), donde, reunidos Napoleón, Carlos IV y Fernando VII, los dos últimos renuncian al trono de España a favor del primero, o sea, de su hermano José I. Napoleón ha conseguido sus propósitos, es decir, la incorporación de España a su imperio sin derramar una gota de sangre. Pero no es el acto final. A partir de este momento, los acontecimientos se precipitarán porque fuerzas inesperadas entran en el conflicto de intereses: las masas populares.


 

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1.2.2 La formación de las Juntas de Defensa    
 

                     En el mes de mayo de 1808 se dan dos hechos paralelos y enfrentados: el pueblo de Madrid, en una reacción inesperada y parece ser que  espontánea, ante la falta de reacción de las instituciones borbónicas, se levanta el 2 de mayo contra los soldados franceses (descontentos por el hambre, transformado en odio contra las tropas extranjeras asentadas y sus actuaciones). Se inicia la Guerra de la Independencia, denominada, en Catalunya, Guerra del Francés, cuando la lucha popular se extiende  al resto del territorio español. Mientras se ordena la represión de la insurrección contra el monarca legítimo, el rey José I inicia tímidamente una monarquía reformista, casi constitucional (debido a la denominada, aunque inadecuadamente, Constitución de Bayona, promulgada en julio de 1808).
                   En los meses posteriores, nuevas fuerzas se unen a la lucha (nobleza, clero y burguesía) y llega la respuesta institucional: los gobiernos municipales autónomos (Móstoles declaró la guerra a Napoleón), envían representantes para la creación de Juntas provinciales que organizan la defensa (alianza con Gran Bretaña, creación de un ejército regular) y el gobierno del territorio. La inicial descentralización se va modificando en la creación de la Junta Central que se autoproclamará  como legítima representante del gobierno español en nombre del rey Fernando VII (que continúa fuera de España).

                         La victoria de Bailén es una inyección de moral para los opositores de José I, pero la intervención personal de Napoleón deja las cosas a su lugar. El predominio militar francés entre 1809-12 será absoluto contra el ejército regular, las guerrillas y el apoyo logístico inglés,  por tanto, durante estos tres años, hasta mediados de 1812, la guerra casi no será tal pues el territorio estará prácticamente controlado por el gobierno de José I y, solamente de vez en cuando, hay algún golpe de efecto de las guerrillas populares que actúan contra los soldados franceses seguidos de fuerte represión contra los vecinos de la zona.
 
                    Ante la invasión, los españoles adoptan varias posturas debido a la diversidad de intereses y objetivos:
  •  Los que luchan contra José I, o sea, historiográficamente, los insurrectos, (autodenominados patriotas); naturalmente, estos independentistas son los rebeldes desde el punto de vista gubernamental.

    o Gran parte de la nobleza y el clero. Conservadores que luchan contra Napoleón por revolucionario. Quieren el retorno del Antiguo Régimen, del absolutismo y de sus privilegios. Luchan en nombre de Dios y del rey Fernando VII (el Deseado). Dirigirán las instituciones no gubernamentales (Juntas Provinciales y Central) .

    o Burguesía y sectores de la nobleza y el clero. Liberales que luchan contra Napoleón en nombre de la independencia y la soberanía de la nación española. Quieren acabar con el Antiguo Régimen para implantar un Estado Constitucional Liberal. Luchan por el rey Fernando VII como monarca constitucional. Será el sector que convocará a Cortes no estamentales. Dirigirán las instituciones no gubernamentales.

    o Las masas populares (bajo pueblo urbano, labradores) que luchan por Dios, la patria y el rey pero sin significación política. Su lucha es la expresión del malestar social en qué se encuentran. Forman las guerrillas junto con elementos del bajo clero.



  • Los que defienden a José I, o sea, historiográficamente, los afrancesados, los traidores según los independentistas:

    o Antiguos ilustrados, sector minoritario de la nobleza, clero y burguesía que apoyan a la monarquía reformista (disolución de la Inquisición, extinción de derechos señoriales) pensando que la vía reformista y no la guerra es la que permitirá el progreso en España.

 


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1.2.3 Las Cortes de Cádiz 

         En enero de 1812, con el territorio controlado ampliamente por el gobierno de José I, se reúnen en Cádiz los autodenominadosrepresentantes de la nación española (lógicamente, no hubo elecciones), sin respaldo social ni ninguna conexión con la guerrilla popular. Nobles, clérigos y burgueses tuvieron  que pactar y como resultado se promulgará la considerada primera constitución española, La Constitución de Cádiz promulgada en 1812. Los puntos fundamentales de la cual son:


• Monarquía constitucional con separación de poderes (Fernando VII)
• Sufragio universal masculino (para votar, no para ser elegido diputado)
• Igualdad Civil ante la ley* (abolición de privilegios)
• Abolición de derechos señoriales, de los mayorozgos y de la vinculación de las tierras
• Libre propiedad privada absoluta


* La igualdad de derechos civiles (que no políticos) se refiere a los hombres sin distinción de riqueza, pero en cuanto a las mujeres, simplemente, no se habla. Y esto quiere decir, que esta igualdad no se refiere a ellas que continuarán teniendo menores derechos que los hombres.

         Como concesión a los sectores conservadores, se mantiene el Estado  confesional pero está prevista la nacionalización de los bienes de la Iglesia.



         Tras los primeros (y relativos) fracasos militares de Napoleón en España y especialmente en Rusia, tiene lugar la verdadera derrota frente a la sexta coalición europea en Leipzig (octubre 1813), que supone la disolución del Imperio napoleónico, el retorno de Fernando VII y el fin de la Guerra de Independencia. Es la oportunidad que esperan los que han luchado contra JoséI. ¡Vuelve el Deseado!.


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1.2.4 Les consecuencias de la guerra (1808-1830)

                     Políticamente, la revolución burguesa fracasó en España, pero en las colonias americanas los independentistas triunfaron, porque la lucha contra la Corona es la lucha de la burguesía criolla contra el monopolio colonial y el dominio político. En 1824, tras la victoria de Ayacucho, la pérdida de la casi totalidad del Imperio colonial español y del comercio colonial es una realidad. España, definitivamente, pasa a ser una potencia menor en la escena internacional.

                     En España, otras consecuencias de la guerra, fueron, además de las pérdidas humanas, la destrucción de material industrial (desmantelamiento de las industrias catalanas a manos de los franceses aprovechando que estuvo anexionado), lo que supone la paralización del proceso de crecimiento económico iniciado en el siglo XVIII y la  ampliación del periodo de recesión, que se prolongará durante todo el resto del reinado de Fernando VII. La Guerra del Francés también ha supuesto la expansión de las ideas revolucionarias y el surgimiento de la conciencia nacional ante el enemigo común, ideas que formarán parte de la mentalidad de muchos de los nuevos oficiales del ejército de Fernando VII (algunos de origen popular). Todas estas consecuencias de la guerra, políticas y económicas, marcarán el reinado del nuevo rey.


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2. La Restauración del absolutismo: fracaso de la primera y la segunda revolución burguesa (1814-1830)

             La tornada de Ferran VII suposa els triomf dels independentistes, però també el fracàs de la revolució burgesa i, per tant, la restauració de l'absolutisme. Diversos factors expliquen aquest resultat:  externs, la situació internacional (Època de la Restauració) és totalment contrària a les idees revolucionàries, i interns,  la classe dominant espanyola  és partidària de postures contrarevolucionàries, a més, la dèbil burgesia  espanyola, al contrari de la francesa, no ha pogut adoctrinar ni connectar amb les masses populars urbanes que, en canvi, sí estan influïdes pel mite del Desitjat,  que acabarà amb els desastres de la guerra i la fam. Si Ferran VII dubtava, en quant es va adonar de la força d’uns i la debilitat dels altres, ho tindrà clar.

               A nivell internacional, entre 1815-1830 es l’època de la  Restauració de l’absolutisme degut a la reacció de les classes dominants de tota Europa davant les idees revolucionàries aprofitant la derrota de Napoleó  (fins i tot a Gran Bretanya i a França, hi ha una reacció contra els  republicans enfortint el poder executiu). Però la transmissió de les idees revolucionàries, liberalisme i nacionalisme, a pesar de la repressió i la clandestinitat continua (es creant societats secretes i  es fan  reunions  il.legals), el que afavorirà el sorgiment d’un moviment  revolucionari internacional al 1820 a la zona mediterrània, de poca intensitat,  i que fracassarà quasi a tot arreu fins l’arrivada de l’onada de 1830, molt més forta i que marca la fi de l'Antic Règim a Europa Occidental, iniciant l’època del triomf del liberalisme.

           A Espanya, la revolució de 1820 significa el segon intent de la burgesia espanyola per prendre el poder. De fet, ho aconsegueix durant tres anys  (El trienni liberal, 1820-23). La debilitat de la burgesia espanyola queda però en evidència perquè necessitarà el suport de l’exèrcit  per aconseguir-ho: és l’inici  de l’intervencionisme militar en la vida política espanyola i  d’una pràctica que la caracteritzarà: els pronunciaments militars (en el cas de 1820, del liberal Riego), un cop d’Estat  militar que obliga a Ferran VII a instaurar per primer cop la monarquia constitucional i a posar en pràctica la Constitució de 1812 (la Pepa). Però aquella debilitat de la burgesia queda també evident quan, sense recolçament popular i amb l’oposició dels terratinents, el rei demana la intervenció de l’exèrcit absolutista del Cien mil fills de San Luis i restaura l’absolutisme. Una segona repressió contra els liberals  marca la “dècada ominosa”, però la continuïtat de la recessió econòmica accentuada pel dèficit de l’Hisenda Pública li resten cada vegada més popularitat. En els últims  anys,  la falta d’un hereu li obliga a anul.lar la Llei Sàlica i establir la Pragmàtica Sanción segons la qual l’heredera serà la seva filleta, Isabel. Aquesta situació de crisi i debilitat de la monarquia es aprofitada pels absolutistes més radicals de determinades zones del nord del país que recullen el descontentament de sectors socials perjudicats per la crisi ( pagesos petits propietaris o arrendataris) per iniciar un moviment de suport de l’Antic Règim, de la Religió i dels furs o lleis tradicionals, reclamant el tro pel germà del rei, Carles Mª Isidre. Seran els carlins que no acceptaran la regència de Mª Cristina quan mori Ferran VII al 1833 i provocaran la primera guerra carlina (a Cataluyna uns anys abans, la guerra dels malcontents).


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